Uno de los cambios educativos que ha traído consigo la Reforma Educativa es el establecimiento de un currículo más flexible, más abierto ya que deja mayor libertad a los centros educativos y permite a los profesores adecuar el desarrollo de los contenidos tanto a las características de los alumnos como al contexto educativo en el que trabajan.
La justificación de los contenidos debe basarse no solo en criterios disciplinares sino también en metas educativas. Estas metas deben responder a las demandas sociales a las que debe dar respuesta el sistema educativo.
La extensión de la educación obligatoria hasta los 16 años conlleva la necesidad de atender a alumnos con capacidades y condiciones de partida diferentes, por lo que deberá profundizarse y especializarse para aquellos alumnos que accedan a la Educación Secundario post-obligatoria. Como vemos las metas de la Educación Secundaria obligatoria y post-obligatoria son muy diferentes.
En Educación Secundaria y sobre todo en el Bachillerato, ha primado el criterio selectivo sobre el formativo. Se ha producido una larga tradición en la cual la educación secundaria ha sido ante todo un periodo de preparación o selección para el acceso a la Universidad, para superar el examen de selectividad, mas que una etapa con metas formativas.
Pero hoy en día ni siquiera acceder a la universidad y obtener un titulo superior es realmente selectivo, si atendemos a la masificación que encontramos en nuestras aulas y al nivel de desempleo entre los universitarios.
Lo que se necesita son nuevas metas educativas dirigidas a desarrollar alumnos con capacidades formativas que les permitan afrontar los cambios culturales que se están produciendo en los perfiles profesionales, laborales y de la vida social.
Estos nuevos cambios conforman una nueva cultura del aprendizaje, nuevas formas de aprender y usar el conocimiento.
Las nuevas tecnológicas de la información y la organización del saber, ha conllevado una revolución paralela en la cultura del aprendizaje. Las nuevas tecnologías unidas a otros cambios sociales y culturales están dando lugar a una nueva cultura del aprendizaje.
Se caracteriza por tres rasgos fundamentales: estamos ante la sociedad de la información, del conocimiento múltiple y del aprendizaje continuo. Lo que van a necesitar como futuros ciudadanos nuestros alumnos va a ser la capacidad de buscar, seleccionar e interpretar la información. La escuela ya no puede proporcionar toda la información relevante, porque está es mucho mas móvil y flexible que la propia escuela.
Buena parte de los conocimientos que puedan proporcionarse a los alumnos hoy no solo son relativos, sino que tienen fecha de caducidad. Al ritmo de cambio tecnológico y científico en que vivimos, nadie puede prever que tendrán que saber los ciudadanos dentro de diez o quince años para poder afrontar las demandas sociales que se les plantee. Pero si debemos asegurar que van a tener que seguir aprendiendo después de la Educación Secundaria, ya que vivimos también en la sociedad del aprendizaje continuo. Todo ello no sólo implica asumir una nueva forma de enseñar y aprender, sino también de definir los contenidos de la Educación Secundaria en función de esas metas.
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